lunes, 31 de marzo de 2014

La meditación es algo tan simple como eficaz. Solo hay que respirar de manera consciente.


La meditación es algo simple. Precisamente debido a su sencillez, parece difícil. Tu mente está acostumbrada a tratar con problemas difíciles y ha olvidado por completo cómo responder a las cosas simples de la vida. Cuanto más sencilla es una cosa, más difícil le parece a la mente, porque la mente es muy eficiente resolviendo cosas complicadas. Ha sido entrenada para resolver temas complicados; no parece saber como tratar con lo sencillo. La meditación es algo sencillo, tú mente es lo complejo. No es un problema que esté creando la meditación. El problema proviene de tu mente, no de la meditación. 
El Vipassana es la meditación más simple del mundo. Fue con el vipassana que Buda se Iluminó, y ha sido mediante el Vipassana, más que ningún otro método, que mucha más gente se ha Iluminado. Vipassana es el método. Sí, existen otros, pero han ayudado a pocos. Vipassana ha ayudado a miles, y realmente es muy simple, no es como el Yoga.
El Vipassana es tan simple que ni te das cuenta de él.
De hecho, al encontrarse con el Vipassana por primera vez, uno duda sobre si puede ser denominado o no meditación. ¿Qué es lo que es? Sin ejercicios físicos, sin ejercicios de respiración, algo muy sencillo : simplemente observar tu aliento como entra y como sale…. se acabó. Este es el método. Sentado en silencio, observando tu aliento entrar y salir, sin perder su pista. Eso es todo. No has de cambiar tu respiración, no es pranayama, no es un ejercicio de respiración en el que has de inhalar profundamente, exhalar, inhalar. No. Sencillamente respira, tal y como lo haces. Solamente introduce una nueva cualidad: la atención.
Exhalas; observa. Inhalas; observa. te fijarás: el aliento tocando tus fosas nasales un instante; te darás cuenta. Puedes concentrate ahí : inhalas, sientes el aliento en tus fosas nasales; luego exhalas, lo sientes de nuevo.. Fija tu atención en la punta de la nariz. No es que tengas que concentrate en la punta de la nariz; solamente has de permanecer alerta, consciente, observando. No es concentración, no te equivoques. Simplemente sigue recordando. Al principio te perderás una y otra vez, depués regresarás. Es difícil para ti, para algunos es difícil observarlo. Entonces puedes observar la respiración en el vientre. Cuando inhalas, el vientre se dilata. Cuando exhalas, el vientre baja. Sigue observando tu vientre. Si tienes un vientre prominente, te ayudará.
Puedes observar o el vientre o la nariz, lo que te parecca o sea más fácil para ti. Lo que sea más fácil es lo que importa. Y simplemente observando el aliento, los milagros suceden.
La meditación no es algo difícil. Es simple. Precisamente debido a su simpleza es por lo que a la vez es difícil. Te gustaría hacer muchas cosas y no hay nada que hacer; ése es el problema. Es un gran problema porque se nos ha enseñado ha hacer cosas. Preguntamos qué deberíamos hacer y la meditación supone un estado de no hacer, no has de hacer nada, has de dejar de hacer. Has de estar en un estado de total inactividad. Incluso el pensar es hacer; abandónalo también. El hacer, el sentir, el pensar, todo desaparece; simplemente eres. Esto es ser. Y ser es meditación. Es muy simple.
En el útero de tu madre estabas en el mismo espacio. En vipassana estarás entrando de nuevo en el mismo espacio. Y recordarás, tendrás un deja-vu. Cuando entras en el vipassana profundo, te sorprenderás porque lo conoces, tú lo has conocido antes. Lo reconocerás inmediatamente porque nueve meses en el útero de tu madre estabas en el mismo espacio,y no hacías nada, simplemente eras.
Nunca pienses sobre la meditación en términos de éxito
Porque eso está trayendo tu mente ambiciosa hacia ella, la mente egoísta hacia ella. Entonces la meditación se convierte en una meta del ego. No pienses en términos de éxito o fracaso. Esos términos no son aplicables en el mundo de la meditación. Olvídate de todo eso. Ésos son términos de la mente; son comparativos. Y ése es el problema: tú debes estar viendo a los otros tener éxito, alcanzarlo, extáticos, y entonces tu autoestima cae. Te estarás sintiendo como un tonto estando sentado y observando tu respiración, mirando tu respiración. Debes sentirte muy tonto y que nada está pasando. Nada está pasando porque estás esperando que pase demasiado.
Y al principio, cada nuevo proceso parece difícil. Uno tiene que aprender a saborearlo.
Sólo espera un poco. Simplemente ten un poco de paciencia. Al principio todo parece difícil, incluso la cosa más simple. Y no tengas prisa.
Ése es uno de los problemas con la mente Occidental -la prisa. Las personas quieren todo inmediatamente. Piensan en los términos de café instantáneo, meditación instantánea, esclarecimiento instantánea.
No, ni eso te va a pasar rápidamente. Simplemente sentándote durante un día en vipassana, tú no saldrás desonriendo. Saldrás absolutamente cansado -cansado porque te dijeron que no hicieras nada, cansado porque nunca habías estado antes en la vida haciendo semejante tontería . ¿No haciendo nada? ¡Eres un hacedor! Si hubieras cortado madera el día entero no quedarías tan cansado. Pero sentado silenciosamente, no haciendo nada, simplemente vigilando tu respiración tonta que entra, que sale… muchas veces surge la idea , “¿Qué estoy haciendo yo aquí?” Y el tiempo parecerá muy, muy largo, porque el tiempo es relativo. El tiempo se alargará. La meditación de un día parecerá como si años y años hubieran pasado–”¿Y que ha pasado? ¿No va el sol a ponerse hoy? ¿Cuándo va a terminar?”
Si tienes prisa, si estás apurado, nunca conocerás el sabor de meditación. Para saborear la meditación necesitas una gran paciencia, paciencia infinita.
La meditación es simple, pero te has vuelto tan complejo que relajarte tomará su tiempo. No es la meditación la que toma tiempo -permíteme recordártelo de nuevo- es tu mente compleja. Tiene que ser llevada a un descanso, a un estado relajado. Eso toma tiempo.
Y no pienses en términos de éxito y fracaso. ¡Disfruta! Tampoco te orientes a una meta. Disfruta el puro silencio vigilando tu respiración que entra y sale, y pronto tendrás una belleza, una nueva experiencia de belleza y beatitud. Pronto verás que uno no necesita ir a algún lado para ser dichoso . Uno puede sentarse silenciosamente, puede estar solo, y puede ser dichoso.No se necesita nada más, sólo el latir de la vida es bastante. Si tú puedes latir con ella, se vuelve un profundo baile interno .
La meditación es una danza de tú energía, y la respiración es la llave.
Osho: The Guest, Capítulo 15.

domingo, 30 de marzo de 2014

Cuento: El circulo del 99.


Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente. El sirviente del rey triste, era muy feliz. El rey estaba como loco. No conseguía explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de sobras de los cortesanos.
Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó lo que sucedía.

- Por qué él es feliz?
- Ah, majestad, lo que sucede es que el está fuera del círculo.
- Fuera del círculo?
- Así es.
- Y eso lo hace feliz?
- No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
- Y él no está. Y cómo salió?
- Nunca entró!
- Que círculo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente no entiendo nada.
- La única manera para que entiendas, sería mostrartelo en los hechos.
- Cómo?
- Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
- Eso, obliguémoslo a entrar.
- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, el entrará solito, solito.
- Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Sí, se dará cuenta.
- Entonces no entrará.
- No lo podrá evitar.
- Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
- Tal cual Majestad. Estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?
- Si.
- Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más, ni una menos, 99!!!
- Qué más? Llevo a los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
- Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron al alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “ESTE TESORO ES TUYO. ES EL PREMIO POR SER UN BUEN HOMBRE. DISFRÚTALO Y NO CUENTES A NADIE COMO LO ENCONTRASTE” y la dejó en la puerta del sirviente.
El sirviente agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra su pecho, miró hacia todos lados y entró a su casa.
él, que nunca había tocado una de esas monedas, tenía hoy una montana de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas: Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis… mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50 60… hasta que formó la ultima pila: 9 monedas!!!.
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. “No puede ser”, pensó. Me robaron! gritó.
Me robaron, malditos!!. “99 monedas. Es mucho dinero”, pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un numero completo - pensaba - Cien es un numero completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban la escena por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se le habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que asomaban sus dientes.
El sirviente guardo las monedas en la bolsa, la escondió entre la leña y se sentó a hacer cálculos.
Cuanto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda numero cien? Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro para conseguirla.
Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el calculo.
Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. El mismo, después de todo, terminaba su tarea en el palacio a las cinco de la tarde, podria trabajar hasta la noche. Sacó las cuentas sumando esas extras, en siete años reuniría el dinero.
Y así siguió durante horas haciendo sus cálculos … El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99!!!!
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando y de pocas pulgas.
- Qué te pasa? - preguntó el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo, no? Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? 
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.
Todos nosotros hemos sido educados con este pensamiento: "Siempre nos falta algo para estar completos y solo completos se puede gozar de lo que tenemos ". Por lo tanto, nos enseñaron, que la felicidad siempre deberá esperar a completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida…
Pero  ¿ Que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que esta es solo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que sigamos buscando, deseando, cansados, malhumorados, infelices o resignados?  Una trampa para que nunca dejemos de tirar y que todo siga igual… eternamente igual! Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como son. Descubrir que ya lo tenemos todo, nacemos con todo, solo hay que buscarlo en nuestro interior. Somos completos, creativos y llenos de recursos. Y Ricos y felices en todo momento cuando lo descubrimos.

jueves, 27 de marzo de 2014

La paciencia es una gran virtud

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.


Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo... Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...
Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, en sus estudios, apuramos al chófer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés....¿Para qué?
Te propongo tratar de recuperar la PERSEVERANCIA, ESPERA Y ACEPTACION


Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces....

lunes, 24 de marzo de 2014

Dieta mental para un cerebro sano.


El cerebro funciona con energía  y si sabemos cómo funciona, podremos sacarle más partido. Pero al igual que cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, necesitamos entrenarlo y esto solo se logra con una “dieta mental”, compuesta por distintas actividades, que no siempre incluimos en nuestro día a día. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con Daniel J. Siegel, describen lo qué tenemos que hacer para lograrlo. Lo han denominado “la bandeja de la mente saludable” y consta de siete actividades que hemos de realizar con frecuencia. Marta Romo la ha rebautizado como la agenda arco iris, que ha de convivir con nuestra agenda diaria para ser más creativos y desarrollar nuestro talento. Veamos qué tendría que incluir nuestra dieta


Dormir, lo que refresca la mente, el cuerpo y consolida la memoria, asienta piezas de información que hemos ido aprendiendo durante el día. No es de extrañar que cuando nos levantamos nos vengan respuestas a problemas que antes de acostarnos no teníamos solución. Simplemente, el sueño ha hecho su trabajo. ¿Y cuánto hemos de dormir? Aunque habitualmente se piense que lo normal son ocho horas diarias, Rock y Siegel aseguran que depende de cada persona. Así pues, cada uno ha de saber cuánto tiempo es el adecuado para que su cuerpo y mente estén a pleno rendimiento. Por cierto, Albert Einstein dormía normalmente 10 horas diarias excepto en el caso de que estuviera trabajando en ideas que consideraba importantes, en ese caso dormía 11.

Jugar, para experimentar con la vida: hace unos días hablamos de la importancia del juego, importancia que reafirma la neurociencia. Gracias al juego, somos más flexibles en nuestras emociones y podemos ser más creativos. Esta es la explicación científica de por qué somos más permeables al aprendizaje cuando disfrutamos con lo que hacemos. Nuestras frecuencia de ondas contribuyen a ello.

No hacer: es posible que sea una de las más nos cuesta. No significa placer, sino tiempo para no focalizarse en nada en concreto, como cuando estamos en un avión y nuestra mente fluye sin objetivo específico u oímos música sin reparar ni en la letra. Son momentos que nos ayudan a que luego seamos más eficaces en alcanzar un objetivo. Por ello, a veces, antes de ponernos con una tarea compleja, es recomendable “perder” el tiempo haciendo otras cosas sin importancia. Es un preámbulo necesario para encontrar una solución.

Desarrollar la introspección o vivir en el momento presente: a los que accedemos a través de actividades como son dar un paseo en plena naturaleza, escuchar una música tranquila o realizar algún tipo de meditación o relajación sin juicio. Ayuda a rebajar el estrés y reduce la presión arterial y la tensión muscular. De algún modo, es un actividad antesala para ser mucho más eficaces en nuestro trabajo.

Conectar con los otros: es el tiempo dedicado a construir relaciones saludables, en las que disfrutemos de la compañía, de una buena conversación o de mantener un satisfactorio contacto físico. En alguna ocasión hemos hablado de la necesidad de la amistad como elemento que nos aumenta la esperanza de vida. Gracias a la conexión con otras personas somos capaces, además, de mejorar nuestro sistema endocrino, cardiovascular e inmunitario.

Hacer ejercicio físico: Todos sabemos que necesitamos hacer deporte para sentirnos sanos, pero lo que ha demostrado la neurociencia es que el ejercicio físico nos ayuda también a que nuestro cerebro sea más plástico para el aprendizaje y la creatividad. Potencia además las actividades neuronales que le protegen del envejecimiento o de cualquier otro daño que podamos hacerle. La variedad en el ejercicio es amplia: desde el deporte hasta caminar, bailar, senderismo…

Focalizarse en objetivos: es el tiempo que dedicamos a realizar tareas para ser eficientes. La tecnología nos ha ayudado a que encontremos cualquier momento a lo largo de un día para resolver problemas, emails, llamadas… sin embargo, para focalizarnos en las tareas de un modo más eficiente es recomendable que nos centremos en alguna, que no caigamos en la multitarea, que nos roba tiempo y energía.

Pues bien, de acuerdo con la neurociencia si queremos ser más eficaces y creativos debemos incluir una serie de actividades que musculen nuestro cerebro, como las del descanso, la reflexión o el contacto con amigos. En la medida que olvidemos a alguna de las anteriores, nuestro querido cerebro se sentirá cojo de alguno de los ingredientes que le permiten ser feliz.

Fuente : http://www.be-up.es/

sábado, 22 de marzo de 2014

Varias creencias falsas sobre el Yoga.

    El yoga es para cuerpos fuertes
    Las imágenes que circulan en occidente sobre el yoga tienen parte de la responsabilidad de la creación de estereotipos que nada tienen que ver con el origen. Fotografías de personas completamente tonificadas y musculosas en posturas imposibles hacen pensar que se requiere una fuerza muscular extraordinaria o un cuerpo ligero para practicarlo. Además, debido a una triste degradación de su objetivo, no es raro encontrar que se quiera la vanidosa perfección de una postura, compararse con los demás en sus logros, congratularse por sus cuerpos, o que sea asumido como reto y no un proceso interior. Y peor, que hasta haya concursos de yoga. Pero el yoga no requiere músculos fuertes. Lo contrario: con la constancia nos hace fuertes; al menos lo suficiente para estar sanos y darnos solidez en otros aspectos de nuestra vida.
    El yoga es para personas delgadas
    Continuando con la idea anterior: el yoga no es competitivo, no es excluyente, frívolo o narcisista, ni tiene prerrequisitos. No busca la imagen, sino la salud; no busca inflar el ego, sino ir más allá de él; trabaja en cuerpo para llegar al espíritu; no busca la individualidad sino la trascendencia. Un cuerpo más liviano, armonioso y fuerte es el resultado de una práctica constante, pero no un punto de partida ni un único fin. El yoga comprende una serie de técnicas sencillas y debe ser una práctica adaptable a cada quien sin importar su condición física y comienza precisamente entrar en contacto, aceptar, escuchar y amarlo para trascender el cuerpo.
    El yoga es para mujeres
    Aunque es posible que la proporción de mujeres en los centros de yoga en Occidente sea ligeramente superior al de practicantes hombres, el yoga no es “para las mujeres”: por el contrario, ha sido una práctica y un conocimiento que viene de la India y que ha sido principalmente dominado por hombres, pero tampoco es sólo para hombres. Aunque hay grupos de investigación que están tratando rescatando la participación de las mujeres en la historia del yoga, y ha habido sin duda grandes iluminadas, sabias, y yoguinis, el carácter patriarcal de los últimos milenios ha hecho que la historia recuerde sus figuras masculinas. En todo caso, esta disciplina de miles de años es universal y no se limita a ningún segmento, momento ni lugar.
    El yoga te obliga a adoptar otras creencias
    Aunque es una tradición integral, y tiene un trasfondo espiritual que exigiría compromiso y constancia, para practicar yoga no es indispensable que haya fe, devoción ni conocimiento filosófico. De hecho, los más sabios maestros han sido los menos dogmáticos. No tenemos que abrazar nuevos principios, modificar nuestro estilo de vida y mucho menos adoptar creencias ni prácticas espirituales para practicar yoga, pues es un conocimiento médico y científico. El verdadero yoga no es dogmático, es tolerante y abierto y no da lecciones morales ni juzga cómo debemos vivir. Le habla a cada uno de manera diferente, y puede ser desde una práctica para mantenerse sano y en paz, hasta una forma de vida y todo un camino espiritual. Mientras no se pierdan algunos principios como integración, amor y unión, cada uno vive el yoga como lo prefiera.
    El yoga es una moda contemporánea de corte new age
    Aunque se puedan encontrar elementos comunes con la Nueva Era, entendido como un movimiento que une diferentes tradiciones espirituales y que se desarrolló en el siglo XX, (y no como el mosaico de mundos míticos, teorías metafísicas, ciencias ocultas y esotéricas que todo lo acepta en el que algunas veces se convierte), el yoga es un conocimiento sólido y metódico de más de tres mil años. Es una escuela filosófica pero también una ciencia que ha querido estudiar la naturaleza del mundo, del ser, la psicología humana, en conjunto con la medicina tradicional de la India, para encontrar el bienestar integral. Por ser una disciplina holística, busca desarrollar las capacidades sanadoras, vitalidad y la naturaleza equilibrada del cuerpo con unas posturas, además del control y expansión de la respiración y el poder de la meditación (son las prácticas más comunes) para tener una mente tranquila, enfocada, abierta, desarrollar la conciencia y regresar a la armonía de nuestro ser.

viernes, 21 de marzo de 2014

Cuento: Nasrudín y la casa estresante.


En cierta ocasión, Nasrudín recibió una visita de una señora, visiblemente agitada
- Por favor, por favor, yo no puedo vivir más así, mi vida es un infierno; necesito que me diga, oh sabio, qué es lo que puedo hacer.
- Ah, sí claro –respondió Nasrudín- pero, dígame antes qué es lo que le aqueja, cuál es su problema.
Nasreddin-No resisto un minuto más el caos que hay en casa. Mi marido y mis cinco hijos, continuamente pidiendo que les busque algo, y sin tener nunca nada de espacio ni de intimidad. Nuestra casa más parece morabito de ermitaño que vivienda, es demasiado pequeña para todos los que allí estamos, y cuando estamos todos juntos es una marabunta.
- Ah…vaya, creo que ya sé la solución para su problema, pero me debe prometer que va a hacer lo que le digo sin preguntar y sin perder la paciencia.
- Lo prometo, lo prometo –dijo la angustiada señora, que confiaba en la sabiduría de Nasrudín- haré lo que sea necesario para salir de este infierno y esta opresión que me consume.
- Pues bien, durante esta semana –dijo Nasrudín- entre el burro en la casa y que duerma con ustedes
-Pero… ¿se ha vuelto loco? le he dicho la desgracia que es vivir en casa tan pequeña, y que esa es la causa del problema y me dice aún que entre al burro…
-Me prometió que no iba a cuestionar nada de lo que le pidiese, dijo taxativamente Nasrudín
Y así, durante siete días, al infierno que vivía la buena mujer, se sumó la presencia casi permanente del burro en la casa. Transcurrida una semana angustiosa, volvió a ver, según lo previsto, al sabio, quien le preguntó.
-Y bien, ¿qué tal se ha adaptado a esta nueva situación?
- Oh, Nasrudín, es un infierno, un verdadero infierno, no había quien se moviese y el burro, con sus movimientos tiraba cuanto estaba a su alcance, además se comió parte de la reserva que teníamos en la cocina. Oh, por favor, ¡qué infierno!, ¿cómo se le ha ocurrido hacerme esto?
- Pues bien, dijo Nasrudín, durante la próxima semana, debe hacer entrar, además a la vaca, y que así comparta con todos ustedes la casa cuando regrese de pastar.
- Oh, no, no, no… ¿pero qué me está pidiendo, venerable Nasrudín? Usted ha perdido el juicio, o si no, va a hacer de todos modos que yo pierda el mío.
La buena señora comenzó a gritar, pero un gesto imperativo, y apaciguador del sabio, fue suficiente para que se callara, pues había prometido obedecerle. Además, la fama de santo de Nasrudín hacía que, en el fondo de su alma, confiase en él, aunque no entendiera de ningún modo la tortura a que le estaba sometiendo.
Y así obedeció, y durante la siguiente semana, ella, su marido, los cinco hijos, el asno y la vaca compartieron la estrecha vivienda en que moraban.
Cuando volvió a ver al sabio, éste le preguntó:
- Qué, cómo va todo.
- Ah, esto es ya insufrible, la vaca hace sus necesidades en la casa, y se pelea con el burro por el espacio, mis hijos por poco no han sido aplastados por ella y…
- Está bien, está bien, todo está resultando según lo esperado, dijo Nasrudín. Ahora lo que tiene que hacer es entrar al cerdo, tarde y noche.
Un gesto de Nasrudín impidió ninguna palabra de protesta. Una semana después, el sabio preguntó a la afligida señora:
- Bien, bien, cómo va la semana?
La señora ya no tenía ni energía para responder, además su vestido estaba sucio y maloliente, al tener que dormir bajo el mismo techo que el cerdo, el burro y la vaca… Permaneció en silencio, implorando con su mirada…
- Ahora lo que tiene que hacer, dijo Nasrudín, es retirar cerdo, vaca y asno, y me vuelve a ver en una semana.
Cuando esta transcurrió, y la señora se encontró con Nasrudín, el sabio preguntó:
- Cómo se encuentra ahora, qué tal ha pasado la semana
La señora, visiblemente feliz, limpia, contenta, respondió:
- Ah, qué maravilla, qué alegría, en comparación con las semanas pasadas nuestra casa se ha convertido en un palacio, parece que hay espacio para todo, y la vida transcurre en ella apaciblemente…
- Pues bien, dijo Nasrudín, creo que el asunto ha concluido, sus males, al parecer han cesado y usted está contenta y feliz, de lo cual, sinceramente me alegro.
Y la señora se fue serena y contenta por vivir en lugar tan placentero.
 _____________
Todos los bienes y males de este mundo que no afectan al alma pura tienen un valor relativo. Debemos no envanecernos pues con los primeros y soportar los últimos con paciencia. Las necesidades imperiosas de hoy pueden ser lujos inalcanzables mañana. Además, la imaginación es causa tanto de nuestra felicidad como de nuestra desdicha. Si tenemos la fuerza mental y el carácter de ver cualquier situación, desde el ángulo en que debe ser vista, no aumentaremos innecesariamente el dolor que cause; todo lo contrario, lo convertiremos en una enseñanza, en una prueba de nuestro valor, en un ensayo ante situaciones más difíciles. Como decía el sabio Shantideva: una persona ve su propia sangre y aumenta su vigor, deseo de combatir y coraje; otra ve la ajena y se siente desmayar. La primera trabaja con una mente vigorosa y audaz, la segunda es víctima de una endeble y frágil. Pero es la mente, dominada o no, quien determinan el tipo de acción.
Por ello es necesario conocer y dominar la mente y hacer que responda, como sierva, como un espejo iluminado, a las exigencias del Ser interior, a nuestra verdadera naturaleza.
Fuente:

martes, 18 de marzo de 2014

Cuento: Monedas en los zapatos.

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo  y su maestro debido a la bondad y sabiduría que inspiraba.
Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.
zapatos viejosEl alumno dijo al profesor: Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre. Observaremos su reacción psicológica.
Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los demás y menos de los mas humildes.
Sinembargo, tu que no pasas necesidades,  puedes darle una alegría a este hombre.  Coloca unas monedas en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.  El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.
Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y  encontró las monedas.  Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado.  Miró la monedas, una y otra vez .
Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie.  Las guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar las otras monedas.
Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida podrían comer los próximos días.
El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.
Ahora- dijo el profesor- Observa como te sientes .¿ No estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió: Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré.  Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir. 
¡Guarda esto en tu corazón : El secreto de la vida es dar !

martes, 11 de marzo de 2014

Meditación guiada de Enrique Simó: Paseo por el mar

Durante la meditación guiada, la mente sigue el guión que oye. Esto "ocupa" la mente y evita las distracciones y pensamientos de nuestro día a día. De esta forma, nuestro "yo interior" está libre para entrar en un estado realmente meditativo y profundo, en paralelo con lo que está siguiendo la mente.

Si tanto la mente como tu "yo interior" están siguiendo el mismo camino, por llamarlo de alguna forma, se elimina la resistencia de la mente a "perder el control" (que es lo que normalmente nos impide meditar)

Aquí tenéis otro excelente ejemplo de meditación guiada

)

martes, 4 de marzo de 2014

Texto para pensar: El gran secreto es saber que el universo te da en cada momento lo que necesitas


Si aprendes que el universo es amistoso sólo te dará regalos. La vida siempre te está
apoyando aún cuando parece que no lo hace, cada objeto trae su metáfora, la respuesta a tus 
preguntas está en lo que tienes justo delante, ese es el regalo, está allí donde se dirige tu atención 
en cada instante. Cada experiencia que vives tiene su mensaje, puedes almacenarla en el inmenso 
paquete de lo cotidiano y sin sentido o puedes encontrar su significado por encima de lo aparente. 
Imagina que estás comprando en un supermercado, y aunque hay cientos de productos en los 
lineales y eres incapaz de asimilar todos los mensajes que contienen, no te vuelves loco, sólo un 
producto te llama la atención cada vez. Lo mismo ocurre con los mensajes de la vida, una sola cosa 
te llama la atención a cada instante, síguela, entrégate totalmente a ella. Haz como el niño que en la 
orilla de la playa encuentra una concha. En ese momento la concha es lo más maravilloso que existe 
en el universo, se la acerca al oído y escucha el sonido del mar, entregado totalmente, con toda su 
atención enfocada en la concha. 
Hay gente a la que consideras afortunada, puede que incluso tú mismo te consideres una persona 
de suerte y tus amigos suelan decir de ti que las cosas te son más fáciles. Pero tú sabes que la 
suerte no existe y que lo único que haces es estar atento, estar despierto, darle atención a la vida. 
Es como nadar en un río cuando te lleva la corriente, te mueves pero sin hacer ningún esfuerzo. No 
insistas en ir contra corriente, es ir contra la fuerza de la vida, escucha como te habla y déjate llevar, 
no te pongas en medio, la vida sabe. 
No creas que el camino más corto entre dos puntos es una línea recta. Recuerda que las únicas 
líneas rectas que conocemos son las creadas por el hombre. Si insistes en ir en línea recta vas a 
encontrar obstáculos. Si lo que buscas es un camino, deja de buscar, la vida te lo muestra, estate 
atento y sigue su curso. El río de la vida no suele avanzar en línea recta, cuando encuentra una 
montaña la bordea, a veces va deprisa, otras despacio y a veces parece que está parado, pero 
siempre avanza en dirección al océano de la existencia, cada instante más cerca. Por extraño que 
parezca y tanto si lo aceptamos como si no, todos acabamos cumpliendo nuestra misión. 

Eric Rolf - La Medicina del Alma

lunes, 3 de marzo de 2014

¿ Qué aporta la meditación al coaching ?



Buscando documentación sobre el tema encontré este post que refleja  bien  la gran aportación de la meditación al coaching. Hay que recordar que si bien el autor hace referencia a corrientes espirituales, relacionadas con la meditación, tambien es posible optar por el Mindfulness, o conciencia plena, que es mas neutral en cuanto a filosofías se refiere.

" En este post, quiero compartir con vosotros mi experiencia con la herramienta más poderosa de todas las que he utilizado en mi desarrollo como coach: la meditación.

Una práctica que considero casi imprescindible para todo aquel que quiera alcanzar un grado de maestría en nuestra profesión.


LA MEDITACIÓN EN OCCIDENTE

La meditación es una práctica de más de 5.000 años, que procede del budismo y de otras tradiciones espirituales y que se está extendiendo con mucha rapidez por todo occidente. Actualmente, se estima que solo en EEUU la practican cerca de diez millones de personas.

En la última década, la neurociencia y la psicología se han interesado por sus beneficios y se han realizado cientos de experimentos, en los que se investiga su impacto en el cerebro y en la personalidad, tanto con meditadores expertos como con principiantes adultos, adolescentes e incluso niños. Los trabajos de científicos como Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, de John Teasdale, de la Unidad de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en Cambridge (Reino Unido) o de Jon Kabat Zinn, de la Universidad de Massachussetts, están mostrando cómo la meditación incrementa el cociente intelectual, la creatividad, la inteligencia emocional, la empatía o la memoria y mejora la salud física, el estrés, el sistema inmunológico o la presión sanguínea.

Durante la práctica de la meditación, el encefalograma muestra una modificación en las ondas cerebrales, que pasan de ondas beta (actividadnormal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz) y theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz). Igualmente, las imágenes tomadas por resonancia magnética de la estructura cerebral, demuestran que el cerebro sufre modificaciones biológicas, gracias a su extraordinaria plasticidad, con la práctica de la meditación. Diversos experimentos, realizados incluso con meditadores de poca experiencia, muestran cambios a nivel del hipocampo y de la amígdala, en regiones relacionadas con la memoria, el aprendizaje y con determinadas emociones expansivas como la empatía o la compasión.

MEDITACIÓN Y COACHING

La meditación es una práctica recomendable para todo el mundo, porque es fuente de salud y bienestar. Para el coach, sin embargo, se convierte en una práctica, podríamos decir que imprescindible, cuando se desea alcanzar un nivel de maestría en la profesión.

Creo en esto porque la meditación tiene un impacto directo en la forma como percibimos la realidad y estimula la toma de conciencia, lo que en coaching ontológico llamamos “El observador”.

Meditar supone, en cierto sentido, despertar el observador. Esto nos permite observar los aspectos dispersos y fragmentados de nosotros mismos, tomar conciencia de las voces interiores, los juicios y las emociones que luchan por controlar nuestra vida y del dolor, el miedo y la angustia que todo ello nos produce. La toma de conciencia de todo este ruido interior facilita su integración. Los aspectos fragmentados, las voces contradictorias, el miedo y el sufrimiento, se disuelven y aparece entonces una gran calma que surge del interior y que nos ayuda a tomar conciencia de nuestra verdadera naturaleza que, como sabemos en coaching, es esencialmente perfecta.

Este desarme interior tiene una repercusión directa en nuestra capacidad para hacer coaching: nos sentimos bien en nuestra propia piel, contentos con lo que somos, confiados en nosotros mismos, merecedores y dignos. Nuestra mente se libera de sus ataduras y se vuelve más expansiva y fuerte. Dejamos de compararnos y de competir, superamos la timidez o la vergüenza y somos capaces de dejar atrás los miedos. Dejamos de cuidarnos a nosotros mismos para pasar a ponernos al servicio del coachee y de sus compromisos.

Cuando somos capaces de ponernos verdaderamente en contacto con quienes realmente somos, empezamos a generar una verdadera capacidad de escucha. Solo entonces el ruido interior desaparece, los juicios se disuelven, la atención y la intuición se incrementan y nos volvemos más compasivos y bondadosos, porque mejora enormemente nuestra comprensión de la vulnerabilidad del otro.

En este punto, nuestra práctica de coaching se hace mucho más profunda, nos convertimos en auténticos maestros del coaching, capaces de resonar profundamente con nuestro coachee y de mirarle auténticamente, viendo en él toda su dimensión y no solo en los aspectos que le mantienen aferrado a sus miedos y a sus creencias.

EL ARTE DE MEDITAR

Existen muchas escuelas, corrientes y formas de practicar la meditación. Cada corriente espiritual, incluido el cristianismo, tiene la suya. Hace tan solo unos años era difícil encontrar centros y escuelas donde iniciarse en la práctica. Sin embargo, hoy en día el problema podría ser el contrario, ya que la oferta es tan grande y variada, que a veces es difícil elegir el lugar más adecuado.

Aprender a meditar no es difícil. Lo difícil es mantener la constancia de meditar todos los días. No hace falta dedicarle mucho tiempo, durante el primer año bastan unos minutos al día, 10 o 15, como máximo. Los grupos sirven de apoyo y de estímulo para continuar con la práctica y también para aclarar cualquier duda que nos vaya surgiendo, pero tampoco son imprescindibles, ya que la meditación, finalmente, se puede realizar en cualquier lugar y en cualquier momento.

¿Estás decidido? Entonces te pondrás en marcha. No hay recetas, déjate guiar por tu intuición, tal vez te apetezca una inmersión de fin de semana para hacerte con los aspectos básicos de la postura y las técnicas iniciales, tal vez prefieras buscar un centro cerca de tu casa al que acudir una o dos veces por semana, hasta consolidar el nuevo hábito, quizá prefieras practicar solo en casa, guiado por las múltiples ayudas que puedes encontrar en internet.

Mi propia experiencia ha pasado por todos estos pasos. Me inicié en un curso de fin de semana que recomiendo muchas veces, impartido por Ahmed El Kahdri, en la Fundación Tomillo, donde aprendí la postura y los primeros pasos de la práctica. He realizado varios retiros de meditación de fin de semana, de cuatro días, de semanas completas, con diferentes centros y tradiciones budistas: Rigpa, Theravada, Vipassana. También practiqué, durante un tiempo, con un grupo de meditación Zen, que se reúne en los bajos de una parroquia, en la zona de Retiro y he utilizado el material desarrollado por Ken Wilber y Genpo Merzel, una especie de síntesis que combina la tradición Zen con la psicología cognitiva, llamada Big Mind.

Ya sabes que la incorporación de un nuevo hábito requiere de voluntad y repetición. Los monjes Theravadas dicen que hay que practicar noventa días seguidos, sin desfallecer ni uno solo, para conseguir que el hábito se instaure. Es un esfuerzo que vale la pena y te aseguro que empezarás a notar los beneficios desde las primeras sesiones. ¿Qué te parece? ¿Te animas? "