domingo, 17 de noviembre de 2013

El mantra cristiano.

En nuestro  sencillo recorrido por los distintos usos de la meditación, vemos que si bien nació en oriente, también de una manera u otra ha empapado o occidente. No solo  las modernas técnicas de

Mindfulness son las responsables, sinó que toda la espiritualidad occidental ha asumido como propias estas técnicas.


la Meditación Cristiana es un viaje, una peregrinación sin itinerario prestablecido, porque es un viaje personal cuyo destino es el propio corazón. En este viaje silencioso renunciamos a las palabras, a los pensamientos, a las fantasías y para esto podemos restringirmos al uso de una sola palabra, el mantra, haciendo de la simplicidad un elemento básico de la meditación.
El mantra es una palabra sanscrita que significa “lo que clarifica la mente”. Aunque es una práctica asociada a la cultura oriental, fue un consejo práctico reiterado por los maestros de la oración cristiana quienes lo resumen en esta simple instrucción: repitan  su mantra, usen una pequeña palabra, una frase corta, y simple.

Laurence Freeman describe el poder del mantra como el de un sendero a través de una selva espesa. Por más estrecha que sea, síguela fielmente y ella te llevara más allá de la selva de la mente al gran espacio abierto del corazón. Cuando veas que te saliste del camino, vuelve a el . El gran don del mantra es ser inmediato: por más tiempo que hayas estado distraído y perdido en la selva de tu mente, nunca estarás más que a un paso del camino, comienza nuevamente a decir el mantra y estarás de regreso a él.

Los cristianos, al tener la riqueza del Evangelio, podemos tomar frases de este que tengan algo que ver con lo que estamos viviendo. Por ejemplo, si estoy en un estado de nerviosismo o de inquietud, sin saber por qué, puedo repetir la frase de Cristo “Yo te doy mi paz, yo te doy mi paz”, y descubrir cómo poco a poco la paz de Cristo va llenando mi interior. Si estoy inseguro y me siento débil, desprotegido, puedo repetir las palabras de Cristo: “Yo estoy contigo hasta el fin del mundo” o simplemente “Yo estoy contigo”. Cuando sienta la vida rutinaria y poco atractiva puedo evocar la frase: “Yo vine para que tengan vida”.

Un bellisimo ejemplo de mantra cristiano, y extremadamente poderoso.


2 comentarios:

  1. Si al practicar mantras cristianos, se puede hacer y quitarle la evocacion a los Dioses induistas y no tan claro su trasfondo espieritual, que pudiera dañar la relacion que tenemos con nuestro Dios

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    1. Pienso que no seriamos capaces aunque nos empeñáramos de dañar nuestra relación con Dios. Esta pequeña historia de Anthony de Mello ( Jesuita ) nos puede dar una idea.

      "Mi amigo y yo fuimos a la feria, LA FERIA MUNDIAL DE LAS RELIGIONES. No era una feria comercial, era una feria de la religión. Pero la competencia era muy atroz y la propaganda igual de estruendosa.

      En el "stand" judío nos dieron unos folletos en los que se decía que Dios se compadecía de todos y que los judíos eran su pueblo escogido. Ningún otro pueblo era tan escogido como el judío.

      En el "stand" musulmán supimos que Dios era misericordioso con todos y que Mahoma era su único profeta. Que la salvación se obtiene escuchando al único profeta de Dios.

      En el "stand" cristiano descubrimos que Dios es Amor y que no hay salvación fuera de la Iglesia. O se entra en la Iglesia, o se corre el peligro de la condenación eterna.

      Al salir pregunté a mi amigo:

      - "¿Qué piensas de Dios?"

      Él me respondió:

      - "Que es intolerante, fanático y cruel."

      Cuando llegué a casa, le dije a Dios:

      - "¿Cómo soportas estas cosas, Señor? ¿No ves que han estado usando mal tu nombre durante siglos?".

      Y me dijo Dios:

      - "Yo no he organizado la feria. Incluso me habría dado vergüenza visitarla."


      Anthony de Mello (Bombay, 1931 - Nueva York, 1987) Escritor de obras de espiritualidad religiosa.

      Relato extraído de su libro "El canto del pájaro"

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